No olvidéis ver "El amanecer de los muertos"

Como decíamos en la entrada anterior, George A. Romero es sinónimo de zombies, y viceversa, y en 1978 nos tenía preparada la asombrosa película "El amanecer de los muertos", considerada desde el año 2007 como la mejor película de terror de la historia, donde Romero nos contaba la historia de un grupo de sobrevivientes que tratan de refugiarse de los zombis en un centro comercial. 

En "El amanecer de los muertos", Romero representa unos Estados Unidos abatido por una plaga de muertos vivientes guiados por un deseo de comer carne humana. La causa de esta plaga se desconoce, pero a pesar de los esfuerzos de las autoridades, la sociedad se ha derrumbado y los supervivientes buscan cualquier refugio que puedan encontrar. La trama se centra en cuatro supervivientes de Filadelfia: una estrella de televisión local llamada Francine, su novio, un piloto llamado Stephen; uno de sus amigos, Roger, miembro del equipo SWAT y Peter, también del equipo SWAT de Filadelfia. Todos ellos acaban refugiados en un centro comercial, donde bloquean las grandes puertas de cristal con camiones para mantener a los muertos afuera. Es durante esta operación que uno de los protagonistas, Roger, es mordido, y revive poco después convertido en un zombie. El tiempo transcurre, los muertos se aglomeran en las entradas y la sociedad tras las puertas del centro comercial continúa derrumbándose. Así es como se dan cuenta los protagonistas de que su refugio se ha convertido en realidad en su prisión.

Si algo destaca en la película es la angustia y la tensión que se tenía durante su visión por parte del espectador. Romero conseguía meter al espectador en la piel de los protagonistas y fusionarse con ellos, sufriendo el agobio de no poder escapar en carne propia , la claustrofobia de estar encerrados en un sitio del que no se podía salir si se quería seguir viviendo, y sufrir al ver que no había salida para la situación. 

Y eso que según se llegaba al final de la película, había un momento en la historia en la que parecía que los ganadores eran los zombies, que van acabando poco a poco con los protagonistas dejando a Peter y Francine como únicos supervivientes de un holocausto al que no se le ve fin.

Así, los dos únicos supervivientes que quedan, ven como única salida quedarse en el centro comercial para morir. Sin embargo, cambian de parecer y escapan por la azotea hacia un futuro incierto, volando a lo lejos en un helicóptero parcialmente cargado de combustible. Un final ambiguo que dejaba al espectador boquiabierto... En realidad es un final que la gente no terminó de entender y que terminó siendo considerado como un final alternativo al que quería realmente Romero, mucho más violento y brutal...

Después de esta gran película, Romero volvió a aparcar en el trastero a los zombies durante algunos años hasta que en 1985 estrenaba la tercera película zombie de su carrera, "El día de los muertos".


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